Los hechos tuvieron lugar el pasado lunes, durante el descanso de las alumnas del taller, que habitualmente
acuden a tomar un café al mismo establecimiento, una cafetería del centro urbano. Cuando llegaron allí, y al observar que vestían un uniforme sanitario, la dueña del local requirió la ayuda de las mujeres ya que un hombre ‘parecía estar algo mareado’.
Cuando María Eugenia y sus compañeras llegaron hasta el mayor, observaron que emitía un ‘ruido raro’ y que ‘le caían lágrimas, estaba desvanecido, blanco’; por lo que decidieron sacarlo de la cafetería.
Entonces fue cuando pensaron que algún alimento podía estar obstruyendo las vías respiratorias del hombre, por lo que María Eugenia se puso unos guantes y, asistida por el resto de alumnas del taller, retiró la dentadura postiza del anciano, y posteriormente la sustancia que no le dejaba respirar.
A continuación, comprobaron las constantes vitales del atragantado, que fue recuperándose paulatinamente.
Entre el comienzo de esta intervención y su conclusión, pasaron unos 20 minutos, tiempo en el que se requirió la ayuda del centro de salud de Benahadux, que en unos 10 minutos llevó a sus profesionales sanitarios en una ambulancia para que atendiesen al paciente.
María Eugenia dice ahora que intentaron llevar a la práctica lo que le habían enseñado en uno de los módulos del taller de empleo, y se siente orgullosa de haber colaborado y ayudado a ‘una persona a la que no conocía; sabía más o menos lo que tenía que hacer, lo hice conforme me salió’, reconoce la mujer.
